La suspensión es unos de los elementos más importantes y delicados de nuestra moto. No solo son las responsables de absorber las irregularidades del terreno sobre el que pasamos, si hay baches, hundimientos o elevaciones, sino también son el elemento que determinan nuestra estabilidad, nuestro aplomo, y en definitiva el comportamiento de toda la moto, y, por tanto, nuestra propia seguridad.
Al ser motociclistas debemos tener cuenta que si realmente queremos disfrutar de la moto sacándole el máximo provecho, necesitamos una óptima seguridad y comodidad, sentir que la suspensión nos ayuda a superar los obstáculos, aumentando la tracción, aprovechando las buenas prestaciones de nuestras suspensiones, resultando imprescindible realizar una buena puesta a punto de la amortiguación.
Para asegurarnos de que las suspensiones de nuestra moto están en buen estado, lo primero que debemos hacer es revisar que no presenten ningún tipo de fuga. Es común que los retenes de la horquilla se agrieten con el tiempo o por la suciedad y que las barras rezumen aceite.
Esto es altamente peligroso, ya que además de comprometer la estabilidad y la capacidad de absorción de irregularidades, ese aceite puede ir a parar al disco de freno o a las pastillas, reduciéndose así de manera muy significativa la capacidad de frenado de nuestra moto.
Aunque se solucionen los problemas de las horquillas, si esto nos ha sucedido debemos sustituir inmediatamente las pastillas de freno, ya que habrán perdido su capacidad de frenado.
Para solventar estos problemas, la solución es personalizar la suspensión específicamente para el usuario, es como si compramos un traje estándar o uno hecho expresamente para nuestra anatomía.
Consultar también las recomendaciones del tipo de aceite. Muy importante respetar la marca que nos aconsejan, el tipo, (normalmente el ideal es el que comercializa la propia marca de amortiguadores), la densidad, así como la cantidad necesaria.
En caso de error o de no seguir las recomendaciones, posiblemente la suspensión no trabajará de modo adecuado, no logrando nuestro propósito.
Cómo funciona la suspensión de nuestra moto:
- Precarga, extensión y compresión
Ese movimiento que permiten las suspensiones de subida y bajada de la moto es la propia acción de compresión y extensión de los muelles de la suspensión. En ese momento de compresión y extensión intervienen tres parámetros que podemos regular: la precarga, la extensión y la compresión:
– Precarga
Cuando hablamos de la precarga de un amortiguador nos referimos a la precarga a la que es sometida su muelle. Es decir, una presión que le forzamos incluso cuando la suspensión no tiene que entrar en funcionamiento.
Esta carga del muelle determina la altura de trabajo de la suspensión, pues con ella alargamos o acortamos la longitud del muelle, y con ello su recorrido al comprimirse y estirarse.
– Extensión
Como sabes, la reacción inmediata de un muelle que se ha comprimido es tender a extenderse inmediatamente. Es la velocidad de recuperación de la horquilla o el amortiguador al tratar de volver a su posición de origen una vez que ha sido comprimida.
– Compresión
Es el efecto contrario a la extensión. Es el parámetro que controla la velocidad a la que se comprime el muelle de la horquilla o del amortiguador trasero. Es decir, a qué velocidad se hunde la moto de delante al frenar, o de detrás al acelerar. Un ajuste muy duro dejará unas reacciones excesivamente secas y bruscas, mientras que uno demasiado blando dejará la aparición de movimientos de oscilación y falta de firmeza.
¡Muchas gracias Santiago Creel Garza!
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